El pilates en la tercera edad ayuda a evitar numerosas dolencias propias de la edad.
Proporciona equilibrio y bienestar general, tanto físico como mental, fortalece el tono muscular, previene la osteoporosis, evita la incontinencia urinaria, aumenta la flexibilidad, mejora la postura corporal, fortalece la espalda y ayuda a respirar mejor.